Hacer una escapada a Besalú es viajar en el tiempo a una villa medieval. Sin lugar a dudas, este pequeño municipio de la provincia de Girona, con apenas 2500 habitantes, es un espacio maravilloso para perderse. Hay muchas cosas que ver en Besalú y optar por este destino es una apuesta segura.
Con su imponente puente medieval, la riqueza arquitectónica de su judería y la influencia de la flora y la fauna del Pirineo de Cataluña, este enclave parece haberse quedado a un lado del tiempo. Pasear por sus callejuelas invita a sus visitantes a sentirse caballeros y damas de siglos pasados.
El pueblo fue declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional en la década de 1960 y no es de extrañar: cada paso que se da dentro de sus murallas es enfrentarse a una explosión de interés para todos los sentidos: los olores, las formas, el tacto de la piedra en las manos… todo es susceptible de convertirse en un espectáculo.
Cómo llegar a Besalú
Antes de pensar en qué hacer, los paisajes y la comida típica de Besalú, conviene pensar en cómo llegar a la localidad. Y es que el propio camino para llegar es parte de esta experiencia. Porque la puerta de entrada de este enclave medieval es un fabuloso puente medieval construido en torno al año 1000.

Con una longitud de casi 140 metros, es la mejor forma de acceder a la ciudad. Pasar por este puente, que se eleva por 15 metros sobre el nivel del suelo, es una de las experiencias que ofrece Besalú.
La ciudad fue el centro de operaciones y vida de un importante condado independiente de los primeros siglos del pasado milenio. De esa época datan la iglesia del Monasterio de Sant Pere, el templo de San Vincenç y la judería, entre otras construcciones de la época que se mantienen en pie.
Comer en Besalú
Otro de los atractivos de Besalú es su gastronomía. Esto convierte la ciudad en un lugar ideal para hacer una excursión de un día completo.
Hay muy buenos restaurantes en Besalú, entre los que destacan Els Fogons de Can Llaudes, el bellísimo Cúria Reial Restaurant y El claustre de palera. Siempre resulta aconsejable reservar una mesa, pues en ocasiones puede ser complejo encontrar una mesa.
Rutas senderistas
Su cercanía al Pirineo de Cataluña hace de Besalú un lugar ideal para embarcarse en una ruta senderista. Visitar Sant Ferroll i Sagrat Cor en una ruta de 14 kilómetros o hacer la ruta románica, en la que se visitan algunos monumentos de la época son algunos de los itinerarios más demandados por los aficionados a acumular polvo en sus zapatillas deportivas.
Sin lugar a dudas, Besalú combina el turismo rural, el deportivo, el cultural y el culinario en sus menos de 5 kilómetros de extensión. Es una de esas pequeñas perlas preciosas que cada vez se está convirtiendo en un destino más turístico, por lo que cuanto antes se visite, más auténtico será el paseo. ¿A qué esperas para conocerlo
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