Idílicas playas y paradisíacos paisajes que se pasean desde extensas dunas hasta asombrosos volcanes, se emplazan en Fuerteventura. Sacar el máximo partido a la visita a la segunda isla más grande del archipiélago canario requiere minuciosa planificación, empezando por valorar la contratación de un servicio ParkCare.
La isla, está perfectamente conectada por barco con el resto de las que conforman el archipiélago, así como en avión con muchas ciudades españolas y europeas. De tomar un vuelo, el aterrizaje será en el aeropuerto de Fuerteventura, mismo que se localiza a unos 7 kilómetros de su capital, la ciudad de Puerto del Rosario.
Opciones para todos los gustos y edades
Aunque algunos optan por alquilar un coche para alcanzar los puntos limitados para el transporte público, otras opciones válidas son aparcar en el aeropuerto y conocer la isla contratando excursiones organizadas en bus o barco. En cualquier caso, es necesario enfatizar que Fuerteventura no es solo playa.
Hacía el noreste, se sitúa uno de sus mayores atractivos, las Dunas de Corralejo, una auténtica maravilla natural en medio de dos escenarios totalmente opuestos, por un lado las hermosas playas de arena blanca bañadas en aguas turquesas y por el otro, un paisaje fundido con los volcanes de la isla.
Conocer de historia
El pueblo de La Oliva, es otra visita obligada en un paso por Fuerteventura, lugar en el que se sitúa la Casa de los Coroneles. Este edificio es prueba tangible de la arquitectura clásica canaria, remontando su origen al siglo XIX cuando sirviera de asentamiento a los coroneles que ocuparon el poder judicial, político y económico.
La localidad de El Cotillo, un pueblo pesquero cargado de encanto que alberga los secretos mejor guardados de la isla en su castillo y el emblemático faro del Tostón.
Visitar volcanes y molinos
En la población de Lajares, espera uno de los volcanes mejor conservados de la isla; Calderón Hondo, impresiona con la dimensión de su cráter cuyo punto más alto se localiza a 278 metros sobre el nivel del mar, llegar hasta ahí resulta sencillo a través de un sendero apto para todo público.
Fuerteventura reúne alrededor de 1.000 molinos –800 están destinados a la extrusión de agua y el resto a moler cereales– su construcción data del siglo XIX ante la intención de aprovechar la intensidad del viento que sopla en la isla, actualmente la gran mayoría son eléctricos, mereciendo la pena conocer los de La Oliva, Tefía y Antigua, por ser de los pocos tradicionales que quedan activos.
Conocer el museo del queso majorero y un Parque Natural
Los amantes del queso tienen una parada obligada en el museo del queso majorero –considerado entre los mejores quesos del mundo que se elaboran a partir de leche de cabra– para conocer el proceso de fabricación y visitar una quesería.
El recorrido no puede finalizar sin recorrer la península de Jandía y maravillarse con la majestuosidad de las playas del Parque Nacional homónimo, espacio protegido que representa una gran reserva ecológica y alberga playas, lagunas y desiertos.
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